Concepto.
Es la ciencia social que se encarga del estudio de los
“hechos históricos”, con el fin de analizarlos, interpretarlos
y comprenderlos, para poder crear formatos de desarrollo
para el futuro. La historia es el recuento de los hechos
del pasado de la humanidad, basado en los testimonios
conservados. El historiador se sirve de estos testimonios
para llegar a una serie de consecuencias que considera
válidas. De este modo, se convierte en el intérprete de
la humanidad.
II. ¿CUÁL ES LA TRASCENDENCIA DE LA HISTORIA?.
La historia muestra que todas las creaciones y problemas humanos son producto de un proceso de crecimiento. Al iluminar los estadios de este proceso, la historia ofrece la posibilidad de aprovechar la experiencia humana. No existirían puntos de referencia ni fundamentos sobre los
cuales poder construir si el individuo se viera privado del conocimiento de su pasado. El sistema de gobierno bajo el que vivimos en la actualidad, las fronteras de nuestro país, así como su economía, son factores importantes y significativos gracias a la historia. En nuestra época, en pleno desarrollo de la globalización en la que todos los pueblos dependen unos de otros, en la era de la propulsión atómica, el olvido de la historia no sería sólo imperdonable, sino que llegaría a convertirse en un
verdadero suicidio. En este contexto podemos citar las palabras del filósofo George Santayana, el cual afirmaba: “Aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.
III. ¿CUÁLES SON LOS PARÁMETROS DE LA HISTORIA?.
Para explicar el desarrollo de las sociedades humanas, la Historia procede a la descripción de los hechos, su periodización o fijación cronológica y a la ubicación en un determinado espacio geográfico de dichos eventos, es decir, la forma en la que los grupos humanos se han adaptado y han transformado en provecho propio un cierto hábitat a lo largo del tiempo.
Esta unión entre el estudio del medio geográfico y su conexión con los diversos grupos humanos se ha convertido en un punto de intersección entre la Historia y la Geografía. Es más, entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, surgieron en Francia dos escuelas de Historia y Geografía: los Annales, fundada por Marc Bloch y Lucién Febvre, y el Posibilismo, fundada por Vidal de La Blanche, respectivamente.
IV. FUENTES DE LA HISTORIA.
Como ya lo hemos mencionado, para la reconstrucción del pasado humano se necesita una materia prima, y esa materia prima está representada por las llamadas “Fuentes de la Historia”, las cuales podríamos definir como todo documento, testimonio o simple objeto, que sin haber sufrido ninguna reelaboración, sirve para transmitir un conocimiento total o parcial de hechos realizados por los seres humanos. La definición es muy amplia, porque el historiador puede y debe echar mano de cuanto represente un mensaje de otras épocas. Sin embargo, es tal la cantidad de materiales a estudiar que se hace indispensable una clasificación, la cual puede verse en la parte inferior.
• Fuentes Escritas.
Conformadas por Documentos (públicos, políticos, económicos, jurídicos, cuantitativos y privados), Prensa (diaria, semanal, mensual), Memorias, Correspondencia (manuscrita o impresa, oficial o privada), e incluso, indirectas, como es el caso de la Literatura.
• Fuentes Iconográficas.
Donde destacan las obras plásticas (pintura, escultura, arquitectura, restos arqueológicos) y las gráficas (foto, cine, grabados, diagramas, planos, mapas, etc.).
• Fuentes Orales.
Directas (de testigos o protagonistas).
• Fuentes Varias.
Conformadas por instrumentos de trabajo, útiles de vida diaria.
V.- CIENCIAS AUXILIARES DE LA HISTORIA.
Una vez reconstruidos los “Hechos Históricos”, es necesario cotejar y analizar la información recabada con las técnicas que otras ciencias sociales nos ofrecen, para poder acercarnos a una “verdad” más objetiva y real de los acontecimientos. Por esta razón, los historiadores apelan a las denominadas “Ciencias Auxiliares”, entre las cuales destacan:
• Arqueología.-
Que analiza los restos materiales creados por los grupos humanos, especialmente, aquellos vestigios anteriores a la aparición de la escritura.
• Geografía.
Se encarga de analizar las relaciones entre los elementos geográficos y la vida del hombre.
• Economía.
Que estudia las formas en las cuales se desarrollan los procesos productivos y su distribución en las sociedades.
• Psicología.
Que estudia el comportamiento individual y social de las personas, así como sus problemas patológicos.
• Sociología.-
Describe la formación, organización y transformación de la sociedad, explicando sus causas y consecuencias.
• Paleontología.
La cual estudia y analiza los restos fósiles, en este caso, los que se relacionan a la evolución humana.
• Antropología.
La cual se encarga del estudio de la evolución del ser humano, desde el punto de vista biológico y cultural.
VI. DISCIPLINAS AUXILIARES DE LA HISTORIA.
Así como las ciencias sociales ayudan a una mejor interpretación de los hechos, así también existen disciplinas que, no consideradas como ciencias, colaboran en la profundización y comprensión de los patrones de estudio del historiador. Entre estas disciplinas tenemos:
• Cronología.
Que tiene por objeto periodificar y ordenar los sucesos históricos en un marco de referencia temporal, tal como los calendarios.
• Heráldica.
Se encarga del estudio de los escudos familiares. Se emplea para conocer los vínculos nobiliarios que se dieron, sobre todo, durante la Edad Media, en pleno auge feudal, hasta la Revolución Francesa.
• Numismática.
Estudia las monedas. En la antigüedad y en el medioevo, los principales sucesos eran grabados en monedas, porque estas podían ser vistas y comprendidas por las personas.
• Filología.
Estudia una cultura tal como se manifiesta en su lengua y en su literatura, principalmente a través de los textos escritos. Permite establecer relaciones entre distintas culturas a partir de sus semejanzas lingüísticas. Complementa la información otorgada por las fuentes iconográficas.
• Paleografía.
Estudia y traduce los documentos antiguos escritos a mano en cualquier tipo de material, ya sea duro, como en un trozo de mármol, o blando como un papiro, un pergamino o un papel.
• Iconografía.
Se encarga de descifrar el significado de las imágenes y de los símbolos. Muchas religiones parten de una convención de signos que no pueden entenderse fuera del contexto religioso.
• Genealogía.
Estudia las relaciones familiares antiguas. Sirve para el estudio de las dinastías de los gobiernos monárquicos y permite comprender las alianzas entre ellas.
• Filatelia.
Analiza las publicaciones de sellos postales o estampillas, las cuales muestran, en muchos casos,
situaciones históricas importantes.
VII. LA PERIODIZACIÓN DE LA HISTORIA.
Para una mejor comprensión y ubicación de los hechos históricos, los especialistas han evaluado distintas formas de periodificar la historia. La división clásica de la misma, fue establecida en el siglo XVII por un alemán llamado Cristóbal Kéller, el cual estableció la siguiente:
• La Edad Antigua.
Que se inicia con la aparición de la escritura, hacia el año 4000 a.C. aproximadamente. Se ha convenido
que la primera escritura que surgió fue la cuneiforme, desarrollada por los sumerios, en el sur de la Mesopotamia.
• La Edad Media.
La cual tiene como punto de partida la caída del Imperio Romano de Occidente, a manos de los pueblos bárbaros, hacia el año 476 d.C.
• La Edad Moderna.
Que se inicia en 1453 d.C., cuando los turcos otomanos, liderados por Mahomet II ocupan la ciudad de Constantinopla, derrotando y asesinando a Constantino XI, último emperador bizantino.
• La Edad Contemporánea.
Que se inicia con la Revolución Francesa, en 1789 d.C., acontecimiento que marcó el fin del Antiguo Régimen, y con él, toda una época de arbitrariedades monárquicas y despotismo nobiliar, permitiendo el despegue de la burguesía y el afianzamiento del nuevo sector obrero, surgido de la Revolución Industrial. El problema de esta periodización radica en su marcado eurocentrismo (aunque es muy conveniente para los positivistas), lo cual deja de lado eventos históricos importantes en otros continentes y genera cierta parcialización a la hora de analizar y comparar hechos en uno y otro lado.
Por esa razón, los grandes pensadores del Socialismo Científico del siglo XIX, Karl Marx y Frederic Engels, plantearon una división de la historia de las civilizaciones, en torno a los modos de producción que éstas han generado con el devenir de los años. De esta manera, la propuesta se daba a través de un punto de intersección en la evolución de todos los pueblos del mundo: la lucha de clases. Bajo esa premisa, la división de la Historia tendría que darse de la siguiente manera:
• La Sociedad Primitiva, denominada también del comunismo primitivo.
• La Sociedad Esclavista, aquella que empleó la mano de obra de los esclavos para la producción.
• La Sociedad Feudal, en la que el siervo, con distintas características, reemplazó al esclavo de la
antigüedad.
• La Sociedad Capitalista, donde el obrero, llamado también proletario, fue el peón de carga de los ricos capitalistas burgueses.
Dicha sociedad capitalista se derrumbaría por sus contradicciones sociales y económicas, junto a la labor del movimiento obrero, con lo cual se establecería una sociedad dirigida por la clase trabajadora, sistema que es denominado Socialismo, y de ahí, dar el gran salto para la formación de la nueva Sociedad Comunista, la cual sigue siendo, hasta nuestros días, una utopía.
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