La Prehistoria

 I. GENERALIDADES.-

La Prehistoria, como ciencia, ha nacido hace poco menos de un siglo, sin embargo, recoge los hechos del pasado más remoto de la humanidad, aunque la documentación con que se cuenta para reconstruirla no es mucha.

Hay momentos en los cuales sólo se tienen algunos instrumentos de piedra y, en el mejor de los casos, los restos de los animales que sirvieron de alimento. En tales circunstancias, resulta difícil poder determinar cuáles fueron sus modos de vida, organización social, etc., de modo que, en vez de hablar de cultura, hay que referirse a complejos industriales, ya que sólo se dispone de las industrias, y a veces tan primitivas y poco elaboradas, que la información resulta escasa y las deducciones sobre sus autores, mínimas.

II. CONCEPTO.

Es la etapa que se extiende desde la aparición del género Homo, hace unos dos millones y medio de años hasta la aparición de la escritura, hace unos seis mil años. Dicho periodo alberga las características que han ido adquiriendo nuestros ancestros en su lucha por adaptarse y dominar el medio ambiente que lo circunda.

III. LA PERIODIZACIÓN DE LA PREHISTORIA.

Ha sido realizada en función a la perspectiva científica de la época en la que se denominaron los períodos que la comprendían, así como de los conocimientos existentes al respecto, e incluso, de la subjetividad de los investigadores que las han establecido.

La división clásica de la Prehistoria es la que comprende la Edad de Piedra, la Edad de Bronce y la Edad del Hierro. Fue establecida por el museógrafo de Copenhague Christian Thomsen, haciendo referencia a la materia prima con que fueron fabricados los instrumentos que clasificó. Aunque en la actualidad se conserva en parte dicha nomenclatura, la mayoría de los investigadores hacen cada vez mayor hincapié en las formas económicas y en los modos de comportamiento de los grupos prehistóricos, de modo que, básicamente, los complejos industriales que comprende la Prehistoria se dividen en los correspondientes a los Predadores (cazadores y recolectores), con los periodos Paleolítico, Epipaleolítico y Mesolítico, y a los Productores (agricultores y ganaderos) con las distintas fases como el Neolítico, la Edad de Bronce y la Edad de Hierro.

Los Predadores.-

Es la etapa en la cual las principales actividades económicas de los Homos eran la caza y la recolección, dependían de la naturaleza y migraban constantemente de lugar en lugar, manteniendo una vida nómada.

IV. EL PALEOLÍTICO

Es el periodo más antiguo de la Prehistoria y también el más largo. Cronológicamente coincide con la fase geológica denominada Pleistoceno, el cual empezó hace unos dos millones de años aproximadamente y terminó hace unos diez mil. Durante el Pleistoceno el clima experimentó grandes cambios: a unos periodos fríos, en que los hielos cubrían casi toda la superficie terrestre (glaciaciones), sucedieron otros cálidos o periodos interglaciares.

Junto con el clima se modificaron también dos elementos fundamentales para la vida de unos hombres que todavía eran sólo depredadores, es decir, cazadores y recolectores: la flora y la fauna. Sobrevivir fue el principal problema de aquellos primeros grupos de hombres, formados por veinticinco o treinta individuos, que se desplazaban en busca de alimento y tenían que competir con otros animales más fuertes, más rápidos o más ágiles. Sólo el progresivo desarrollo de la inteligencia permitió a los hombres sobrevivir y dominar a los demás animales.

A. El Paleolítico Inferior.-

Es la época en la que se desarrollaron tanto el Homo Hábilis como el Homo Erectus. Se inició hace unos dos millones y medio de años. En Europa se han encontrado muy pocos restos humanos de este periodo: la mandíbula de Mauer (Alemania) y los fósiles de Atapuerca (Gran Dolina y Sima de los Huesos); también existen restos humanos en Orce (Venta Micena, en Granada), donde se ha encontrado un cráneo que cuenta entre novecientos mil y un millón seiscientos mil años. En África (Atlanthropus) y en Asia (Pitecanthropus de Java y Sinanthropus de Pekín) se han hallado numerosos restos antropológicos de este periodo.


Se fabricaban armas y herramientas de piedra. Los primeros útiles conocidos son guijarros toscamente tallados que forman la “pebble culture” (cultura de los guijarros).

Característico de este periodo son los denominados bifaces, hachas de mano obtenidas a partir de un núcleo de piedra al que se golpeaba en sus dos caras.
Los útiles de piedra, las hachas, sobre todo, se fueron perfeccionando a lo largo de los subperiodos que
forman el Paleolítico Inferior y que reciben el nombre de los lugares donde se han realizado los principales hallazgos. Estos subperiodos son: Abbevillense (yacimiento de Abbeville, Francia), también es llamado Chelense. Achelense (yacimiento de Saint Acheul, Francia). Clactoniense (yacimiento de Clacton-on- Sea, Gran Bretaña). La mayoría de los yacimientos corresponden a asentamientos situados al aire libre, en las orillas de los ríos y en las mesetas o llanuras. Sin embargo, cada vez se descubren más yacimientos en el interior de las cuevas, debido probablemente a que los hombres empezaron a ocuparlas después de empezar a utilizar el fuego, lo que les permitía expulsar a los animales que en ellos vivían, aunque se ignora si sabían encenderlo o se limitaban a mantenerlo encendido.

B. El Paleolítico Medio. 
Etapa en la cual aparece el Homo Sapiens Neandertal, el cual desarrolló una cultura más evolucionada, la Musteriense, que les permitió trabajar la piedra en forma de hachas, raederas (lascas talladas con filo cortante en su borde más largo, para trabajar la piel o la madera), cuchillos, buriles, raspadores y puntas
de flecha. La gran innovación técnica de este periodo consiste en que los útiles ya no se elaboran directamente sobre un núcleo de piedra, sino a partir de lascas desprendidas, mediante percusión, de un núcleo de piedra dura como el sílex o el cuarzo. El hombre de Neandertal fabricó también útiles de madera, entre los que destacan las lanzas de punta endurecidas al fuego.
Asimismo, desarrollaron una mejor organización social debido a que los Neandertales ya tenían lenguaje articulado.

C. El Paleolítico Superior.
Periodo de desarrollo del Homo Sapiens Sapiens, el Cro-Magnon, que se refugia en cuevas, a veces protegidas con muros de piedra o troncos. Diversifica sus útiles, trabajando, además de la piedra, el hueso, el marfil y las astas, materiales con los que elaboraban punzones, varillas, espátulas, arpones, bastones de mando, etc.
Entre los útiles de piedra abundan los de menor tamaño y son más diversificados, destacando los raspadores, los buriles para hacer orificios, las puntas de flecha que se sujetaban a palos, etc.
Las etapas principales del Paleolítico Superior son:
Auriñaciense (yacimiento de Aurignac, Francia), Solutrense (yacimiento de Solutré, Francia) y
Magdaleniense (yacimiento de La Madeleine, en Francia). Es, en esta etapa, donde surge el Arte Rupestre. Los especialistas dividen el arte paleolítico en dos categorías: el arte mobiliar (mueble), formado por pequeños objetos portátiles, integrado fundamentalmente por estatuillas de animales, talladas en asta de reno, hueso y marfil. En el Magdaleniense alcanzaron gran calidad estética, como sucede con los renos de Bruniquel o el bisonte de La Madeleine, en Francia. Pero, lo más característico del arte mobiliar son las estatuillas femeninas, de formas muy desarrolladas, con el nombre de “Venus”, que al parecer constituían símbolos de la fertilidad femenina.
Las Venus datan del periodo Auriñaciense y tienen una antigüedad de 20 a 25 mil años. La otra categoría es el arte parietal, formado por grabados y pinturas en las paredes de abrigos y rocas, como lo demuestran las pinturas de Altamira, El Castillo y Cogull, en España, así como, Font de Gaume y Lascaux, en Francia.
Se ha discutido mucho sobre el significado de las pinturas rupestres. La teoría que defiende el valor puramente estético del arte rupestre, es decir, su finalidad exclusivamente decorativa, parece ya definitivamente superada. Actualmente, se cree que las pinturas tenían un carácter mágico-religioso y que los hombres primitivos creían obtener poderes mágicos sobre el animal, garantizando así el éxito en la caza. Parece igualmente que las pinturas rupestres estaban relacionadas con cultos mágicos, como
demuestra su situación en los lugares más recónditos de las cuevas, que tendrían el carácter de santuarios.



V. EL MESOLÍTICO
Hace unos diez mil años terminó la última glaciación y los hielos empezaron a retirarse hacia el norte. Acababa así el Pleistoceno y comenzaba el Holoceno, en el que aún nos encontramos. Esto, marca el inicio del Mesolítico, el cual se caracteriza por la adaptación del hombre a las nuevas condiciones naturales.
Los hombres del Paleolítico vivían básicamente de la caza de los grandes animales de clima frío; al producirse el deshielo, estos animales desaparecen de las regiones cálidas y templadas. El hombre ha de vivir con los recursos que quedan y se desarrolla así una nueva economía recolectora. A lo largo de la vertiente atlántica se han encontrado enormes “concheros” de varios metros de espesor, formados por aglomeraciones de conchas de todo tipo de moluscos, base de la alimentación de los hombres del Mesolítico. En torno a estos concheros se han encontrado algunos poblados, lo que ya indica una cierta sedentarización. Así, por ejemplo, en el río Muge, en el curso bajo del Tajo, ya en Portugal, se han descubierto tres poblados con cabañas semicirculares y varios enterramientos en fosas.
El utillaje de piedra también cambió con respecto a etapas anteriores. Abundan los microlitos o piezas pequeñas en sílex: raspadores, arpones y, sobre todo, picos para separar los moluscos de las rocas.
El arte se reduce a cantos grabados con motivos geométricos o coloreados, excepto en la península ibérica donde se crearon las pinturas rupestres de la zona levantina.

Los Productores.
Es la etapa en la cual se desarrollan las actividades de la agricultura y la ganadería. El hombre deja de ser nómada y se vuelve sedentario.

V. EL NEOLÍTICO
Neolítico significa “piedra nueva” y, en efecto, en el Neolítico se utilizó una nueva técnica de trabajar la piedra:en vez de tallarla, la pulimentaban, consiguiendo así formas y acabados muy diferentes. La aparición de la cerámica está relacionada con dos hechos importantes: en primer lugar la sedentarización, la existencia de una vivienda estable; en segundo lugar, la existencia de sobrantes de las cosechas, que eran necesarios almacenar. Así pues la invención de la cerámica estuvo ligada de forma muy directa a la aparición de la agricultura. La cerámica supuso entre otras cosas la posibilidad de cocer alimentos, con la consiguiente mejora en la nutrición.
Otras técnicas nuevas aparecieron en el Neolítico, como la cestería o el tejido. Es posible que la cestería de juncos existiera ya antes, pero los tejidos de hilos finos de fibras vegetales o de lana de oveja son de esta época.


La agricultura surgió hacia el VIII milenio a.C., en el Cercano Oriente, se cultivaron el trigo, la cebada y el centeno, al igual que en Europa años más tarde; el maíz en América; el mijo en África; el arroz en India y China.
Esta nueva actividad agrícola exigió la permanencia de los grupos de población en un lugar fijo, para cuidar los cultivos.
Los primeros poblados surgen en el Cercano o Próximo Oriente, entre ellos destacan los asentamientos de Jarmo, Catal Huyuk, Ali Hosh, Cayonu, Jericó, entre otras. Es probable, que en estos poblados se diera una mayor división del trabajo, por familias, edades y sexos. Al mismo tiempo, la existencia de excedentes alimenticios propiciaría el intercambio, el trueque, antecedente del comercio. El grano, por ejemplo, se intercambiaba por otros productos necesarios. Uno de los primeros productos con los que se comercializó fue la sal.
En Europa, surgirían los megalitos (menhires, dólmenes y cromlech), así como unas viviendas a orillas de ríos, lagos y lagunas denominadas palafitos (en Suiza).


VI. LA EDAD DE LOS METALES
A. El Cuprolítico.
Hacia el tercer milenio a.C. la aparición de la metalurgia fue un hecho importante no sólo desde el punto de vista técnico, sino también social ya que la agricultura, iniciada milenios antes, progresó extraordinariamente y se crearon los primeros grupos preurbanos o ya claramente urbanos, superando definitivamente la prehistórica.

El primer metal utilizado fue el cobre. La sustitución de los materiales anteriores, la piedra, el hueso y la madera, por el metal fue un proceso lento. Curiosamente la introducción del metal supuso en un primer momento un perfeccionamiento de la técnica de trabajo del sílex, debido a la competencia del cobre. Los primeros objetos de cobre fueron útiles y armas: cuchillos, puñales, flechas, punzones, agujas. También algún objeto decorativo, como brazaletes, sortijas o diademas, aunque en menor cantidad, porque para fabricar objetos decorativos se prefería el oro o la plata. 

El primer efecto del conocimiento de la metalurgia fue la aparición de marcadas diferencias sociales. Los grupos que conocían el secreto del trabajo o que poseían en su territorio yacimientos tenían un dominio evidente sobre los demás. Al mismo tiempo, los grupos sociales se fueron haciendo más belicosos, ante la necesidad de defender sus yacimientos, si los tenían, o de conseguir los yacimientos ajenos. Por último, la desigualdad distribución de los recursos mineros dio lugar a su comercialización, unas veces en estado natural y otras ya en forma de lingotes fundidos. La Edad de Cobre o Cuprolítico junto con la primera Edad del Bronce recibe también el nombre de Eneolítico o Calcolítico.

B. La Edad del Bronce.-

El bronce es un metal que resulta de la aleación del cobre y del estaño. La metalurgia del bronce, parece ser, fue desarrollada en el Próximo Oriente, verdadero centro del trabajo del cobre. La escasez de estaño en aquella región hizo que la metalurgia del bronce no se extendiera hasta mediados del segundo milenio e hizo también que hubiera que buscar el estaño allí donde existía, en el noroeste de la península ibérica, en la Bretaña francesa y en las islas británicas. Se creó así una ruta de intercambios y de difusión comercial a través del Atlántico. Durante la Edad del Bronce se difunden por Europa la Cultura de los Túmulos (Bronce Medio), construcciones de piedra bajo las cuales se hallan las cámaras mortuorias. En el interior de los túmulos se han encontrado gran cantidad de objetos de bronce, como puñales, navajas o espadas. El carácter guerrero de estos objetos indica que nos hallamos ya en una época en que eran frecuentes las luchas entre hombres, luchas ligadas, probablemente, a la posesión de los metales. La segunda cultura está también relacionada con los ritos funerarios: es la llamada Cultura de los Campos de Urnas (Bronce Final). Se extendió sobre todo por Europa Central: el principal yacimiento se Alemania. Los pueblos pertenecientes a esta cultura incineraban a sus muertos y los enterraban en urnas de cerámica, reunidas en grandes necrópolis. En estas necrópolis o campos de urnas se han encontrado objetos diversos de bronce, como hachas, lanzas, cinceles, alfileres, corazas.

C. La Edad del Hierro.-

La culminación del proceso metalúrgico se alcanzó con la llegada del hierro, descubrimiento muy superior, ya que no se produjo hasta avanzado el primer milenio a.C. El retraso del uso del hierro con respecto al de los restantes metales se debe a que su tecnología es mucho más complicada: hay que calentarlo a temperaturas de 2000 ºC para que se funda y hay que moldearlo al rojo vivo. Esto exige hornos especiales y herramientas adecuadas.

Parece que los primeros en usar el hierro fueron los hititas, establecidos en Anatolia y que posteriormente se difundió con rapidez ya que los yacimientos de hierro son muy abundantes. La rápida y generalizada difusión del hierro hizo que desaparecieran los útiles de piedra que se habían mantenido durante la metalurgia del cobre y del bronce.


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